martes, 13 de septiembre de 2011

Noviembre

Noviembre de 2008. Ella tiene fotos humor en la pared, dos carteles inquietantes junto a la cama, un bajo, y una pasión que no es humana. Yo estoy perdido, y me siento como un barco en su dársena, lejos de las tormentas.

Y en medio ella desaparece, pero una tarde, lanzo un mensaje y ella me contesta. Nos vemos en la ciudad de la playa y los hoteles de lujo. Siento como si me hubieran salvado

Noviembre de 2009. Hay muchos gritos, y mucha pena. Ella quiere una familia nueva, y su hogar es una cama cómoda, un sofá junto al escritorio, un reloj londinense de imitación, y una pequeña e incomoda cocina. Ella se enfada cuando tiene que dormir sola, y yo adoro hacerme de rogar.

Y en medio, su antiguo amor aparece en la ciudad de la playa y los hoteles de lujo, y lo llevo a su lado disfrazándome del fotógrafo que se la llevó antes que yo. Pero ella vuelve, y entonces todo es mejor. Quiero vivir en su cama para siempre

Noviembre de 2010. Ella no está. Es un pájaro migratorio, y huye del frío de mi ciudad. Estoy perdido, no entiendo porque su casa está vacía de ella, porque no puedo verla en la calle. No hace demasiado que nos vimos en otra ciudad, como si fuera un turista. Ella quería que emigrara con ella, y yo no sentía que era mi lugar. Cuanto me podré arrepentir de esa decisión. Me puede la ira y el orgullo, y le digo que esta es la definitiva.

Noviembre de 2011. Ella es todo lo feliz como se puede ser. Está arropada por amor, no escucha más gritos, y se oyen campanas de boda.

Y en medio, me abrazo a la ausencia que dejaría en la cama. Estoy atrapado, muriendo día a día, convirtiéndome en veneno. No podré verla nunca más. Sólo puedo recordar su voz. Ella no puede verme, porque su nuevo mundo es demasiado delicado. Soy una locomotora que arrolla todo a su paso. Nunca más sabré de ella. Se acabaron las ciudades con playa, el sexo con teatro, los viajes en coche con café apestoso, la tragicomedia interminable.

Y yo me termino de consumir, como una vela vieja, cuya llama baila febril termina de quemar la mecha, esperando a morir. Ella dice que puedes crear tu paraíso en la tierra. ¿Pero que pasa cuando ya lo has vivido?. Yo estoy muerto, pero he vivido todo lo que miles de vidas sobre esta tierra podrían experimentar ¿Sabrá ella qué es eso? -Seguro que si. ¿Puede ella entender lo que me supone no saber nunca más de ella? -Lo dudo. Sin embargo, sonrío. Ella es más lista, puede vivir muchos más años que yo. Sabe montárselo mejor.

Pero Dios, no cambiaría el haberla conocido por nada que exista en este universo. Ni siquiera quisiera que me arrancaran este dolor. Este es ese dolor, es lo que me queda de ella.

Sólo espero que su marido le de amor sin conflicto, le haga olvidarse de un viejo motero toxico y consumido, que cojea y sólo tiene recuerdos. Pero lo peor es que es todo lo que quiere. Sólo me pueden tener lástima quienes no sepan lo inmensamente feliz que he sido a su lado. Ja, me río de ellos.

Pero todas las noches, antes de dormirme entre pesadillas, pienso: "No la veré nunca más -es otro el que duerme a su lado"

Noviembre de 2012 .... ?

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