miércoles, 31 de agosto de 2011

En Galicia






















La verdad, es que recuerdos dolorosos me han mantenido un tiempo sin volver al sitio que me hace feliz, pese a que tenía planeado moverme aquí antes. ¡Como me apena no haberlo hecho hasta ahora!


Esta foto es de mi aldea, las construcciones humanas han dejado sitio al bosque, y los animales salvajes pululan donde antes había calles. Pero el cambio no es malo, sino al contrario. Mi casa ha quedado en medio de árboles y vegetación, y la falta de luz en las farolas me permite poder ver las estrellas sin problemas como en un planetario. Me hace gracia pensar lo diferente que es todo a como sería en Londres o París. En todo caso, así han salido las cosas.





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