viernes, 17 de junio de 2011

Mi nueva moto






Hacen ya dos meses del accidente de moto que me ha dejado la pierna a lo doctor House.

Cojeo y me duele, pero el dolor es soportable, y al menos ando sin muletas. Tengo suerte de estar vivo, a fin de cuentas, el camión se quedó a escasos centímetros de mi cabeza.


La pobre moto llevaba mucho tiempo pidiendome mantenimiento, y se quedó sin frenos en el peor momento. Lo que hace la pereza, y pensar que no hay tiempo para ir al taller, porque tienes que desplazarte.

Bueno, tras dos meses de recuperación, tengo moto nueva. Chollo de segunda mano, y rara a más no poder: una BMW.

Nunca he conducido antes una moto tan moderna, y me siento un poco intimidado. Es enorme, y la he denominado Dicke Bertha. La verdad es que desconfío de la sensación de aventura que pueda darme respecto a mi vieja speci. Conozco una antigua amiga que le encantaría, si no fuera porque se marchó a vivir al extranjero para hacer una nueva vida. Ella me solía llamar simplemente "motero", y le encantaba que la llevara, cuando no conducía ella. Sonrío pensando en que diría ella si pudiera verla, y me subo. Salta la alarma, y me apuro intentando apagarla, se me caren las llaves, y me voy al suelo cuando pierdo fuerza en la pierna mala. Menos mal que nadie pudo verlo. "Empezamos bien, preciosa", le digo a la moto.

Por fin consigo callar la alarma, y busco donde poner la llave. N arranca. Me doy cuenta que no tiene pulsador para arrancar, sino un extraño boton con un símbolo que podría definirse como "bacon elecrocutandose". Lo pulso, y los dos cilindros de gran tamaño rujen con un sonido que me recuerda a las motos de dos tiempos. Constante, y nervioso. Salgo y acaricio el acelerador más o menos 1/10 de lo que haría mi vieja speci. Son 85 cv, que no suena a mucho. Pero la muy cabrona parece que los saca de golpe. Salgo como una bala, y noto un crujido de mi hombro. Suelto un taco, y acciono los frenos. Salta el abs, y tras unos botes similares a una cabra en el monte, me quedo parado casi en el mismo lugar en que empezé a acelerar. Ahora estoy dando gracias de todos modos de que ella no estubiera viendome. La gente de la calle me importa un comino. Tomo aire, y esta vez salgo como hay que hacerlo. Dos meses sin moto, y dar ese salto....


Una vez en marcha, sin embargo, pronto me hago a ella. exprime los 85 cv independientemente de lo acelerado que ya andes, aunque se nota que le faltan 30 cv para llegar a las deportivas japonesas de cuatro cilindros. Es una buena moto, que si no hubiera sido tan cara nueva, habría tenido más tirada. Ahora se consiguen muy baratas. No obstante, es totalmente alemana, incluyendo en lo seria que resulta si no estás exprimiendola. La sensación de que puedes ir más rápido detrás de una caravana de coches con línea continua se hace exasperante. Salgo, y me voy a hacer curvas. Entonces si que se puede disfrutar. La primera tumbada, una curva a izquierdas bastante cerrada, no la tomo bien. Rozo con el pie en el asfalto, pero la trazada ha sido muy mala. ¡No esperaba que tumbara tanto! La moto se mantiene firme y sonrío: La siguiente curva me sale mucho mejor, y la tomo más rápido. Me acuerdo de ella: con la speci la tomaba a 60 kph. Yo estoy saliendo de ella a 130. Y aún puedo más. Me siento feliz por un instante, cuando bajo me cae una lágrima. Por un segundo he podido olvidarme de paro, de policía acosando ciudadanos, o incluso de recientes anuncios de boda inesperados (y dolorosos). Es maravilloso que, por muy mal que estén las cosas en un momento dado, se pueda saber que hay un pequeño escape.




No hay comentarios:

Publicar un comentario